Hace varios años, fui con otros tres colegas a participar en una conferencia de hombres en un pequeño pueblo de Nicaragua. Habíamos determinado con los nacionales que la llamaríamos conferencia de “Hombres de Valor”. Nunca se había intentado algo así en esta zona, por lo que se puede apreciar lo contentos que estábamos cuando aparecieron unos 400 hombres.
¿Por qué una conferencia para hombres? Porque en países de todo el mundo, muchos hombres han huido de su responsabilidad en el hogar, dejando que mamá tome el relevo.
El ministerio de Elías en sus últimos días implicó restaurar a los hombres a los roles que Dios les había asignado en el hogar y restablecer la relación rota entre padres e hijos. (Malaquías 4:5-6)
Claramente, la familia es importante para Dios. Toda su creación gira en torno a la familia. Es interesante notar que los dos últimos versículos del Antiguo Testamento y los primeros 17 versículos del Nuevo Testamento se centran en la familia.
Los padres desempeñan un papel poderoso tanto en el desarrollo de la salud emocional de un niño como en la configuración de sus percepciones acerca de Dios. Las imágenes de padres pobres a menudo conducen a una mala comprensión de Dios.
Si un padre habitualmente está enojado y es impredecible, es probable que la percepción que un niño tenga de Dios Padre sea la misma. Si un padre es crítico y exigente, a menudo verá a Dios como un capataz -difícil de complacer- y no como un Padre Celestial bondadoso. Si un padre está ausente y no participa en la vida de su hijo, es probable que sus hijos vean a Dios demasiado ocupado y preocupado para cuidar de ellos.
Por el contrario, si un padre es instructivo, es probable que el niño llegue a ver que Dios desea ayudarlo y guiarlo. Si un padre es amoroso, sus hijos entenderán mejor a Dios como alguien que los ama incondicionalmente. Si un padre ora regularmente con y por sus hijos, no es un gran salto pensar que llegarán a entender a Dios como un Padre Celestial preocupado que desea involucrarse en cada aspecto de sus vidas. (Proverbios 22:6)
¿Qué clase de padre somos? ¿Qué tipo de impacto estamos teniendo? ¿Qué percepción de Dios estamos sembrando? Ser un padre eficaz para nuestros hijos es una de las tareas más importantes que afrontará un hombre durante su vida. John Piper afirma: “No existe un lugar seguro para criar hijos cristianos, niños que atesoren a Cristo por encima de todo. Sólo Dios puede obrar el milagro que anhelamos en el corazón de nuestros hijos”. Pero podemos ser sus herramientas para ayudar a que eso suceda. El elevado llamamiento de Dios está sobre nosotros.
Dios dijo a los padres de Judá: “Esto dice el Señor: Deténganse en el cruce de caminos y miren a su alrededor. Pide el camino antiguo y piadoso y camina en él. Sigan su camino y encontrarán descanso para sus almas’” (Jeremías 6:16 NTV)
Sea bendito mi amigo.
Glen (Pitts)
El Grupo Bernabé / Mucho Amor
